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Sobre nosotros

EL ILUSTRADOR


Madrid (1977). Diseñador e ilustrador, ha desarrollado varias obras en el mundo del cómic, siempre de la mano del guionista Santiago García, primero en La tempestad (Astiberri, 2008), a la que siguió Héroes del espacio (Planeta, 2009) y El fin del mundo. (¡Caramba!, 2014).

Participa con una historia corta en el cómic guionizado por Jorge Riera Putokrío (Edicions de Ponent, 2014) y después con dieciocho tiras en el webcómic (https://putokrio.wordpress.com) del mismo nombre (2016-2017). Forma pareja creativa con el laureado escritor Jon Bilbao para realizar La auditora (Astiberri, 2019).

En abril de 2020 comienza a colaborar con el autor.

Compagina su pasión por el dibujo con su trabajo en el Museo del Prado, donde desarrolla y mantiene la página web desde el año 2009.

PINCELADAS BIO del AUTOR

https://instagram.com/julio.j.parra.poza?igshid=MjEwN2IyYWYwYw==

1.

Dos amigos y yo en el último curso del colegio. Tras un examen que nos había salido de pena decidimos asaltar el despacho del profesor, a la sazón, un religioso llamado Marino. Nos encerramos y buscamos la libreta de notas. Estábamos de suerte, los números estaban a lápiz. Me senté en la mesa y comencé a borrar nuestras míseras notas y adecuarlas a nuestras habilidades y talentos (o sea, todos nueves, no había tampoco que romper el saco). En esto que llaman al teléfono del despacho. Pues bien, sin ningún viso de alarma uno de mis acompañantes levanta el auricular, y dice: "Este es el contestador automático del hermano Marino. Deje su mensaje después de la señal”. Y añade piiiiiiii con su voz de cerdo adulto. A los pocos segundos escuchamos pasos rápidos por los corredores y salimos de allí justo a tiempo de que nos cazarán. Todo salió a pedir de boca. Las risas de aquel episodio las replicarán los nietos de nuestros nietos.

2. 

En cierta ocasión me invitaron a una fiesta en la que había muchos gays. Yo no lo soy pero al parecer llamo la atención entre este colectivo. Nada más entrar por la puerta escucho salvas de admiración hacia mi cuerpo. Debo decir que llevaba una boa negra suavísima enrollada al cuello, un poco de rímel y las uñas pintadas de un tono fantástico, un dorado oscuro con un pelín de purpurina. Llevaba un pantalón azabache muy ceñido que torneaba mi perfecto culo cosita fina. Era la época en que me daba por salir muy glam. Yo soy hetero de toda la vida y además iba acompañado de mi novia, pero a las locas gayer les da igual, y hay que entenderlas. De repente, se me acercan las únicas cuatro chicas de la fiesta y se quieren hacer una foto conmigo. Son bastante chonis pero soy un perfecto caballero. Me dicen que pose junto a ellas para la prosperidad. Me hago la foto y se van chillando como si hubieran conseguido besar a DiCaprio. Joder, es que estoy buenísimo y no se me caen los anillos por reconocerlo. De pronto, ganas de hacer pis. Me dirijo a la puerta del baño y hay cola. Un maromo con el pantalón metido por el culo me mira y me interpela con voz flauta: “Tengo la vejiga derrotada”. Prefiero aguantar un rato más. Me dirijo al salón en el que hay varias pantallas funcionando con pelis de Andrew Blake. ¡Coño! –me digo. Pero si esto está muy bien. Yo soy fan de Blake. Para el que no lo sepa, este cineasta acapara todos los premios de cine lésbico por su elegancia magistral. Pero algo no me cuadra. ¿Acaso a los gays les funciona el cine de Blake? No podía creerlo. Me acerco al anfitrión en busca de respuestas. Me conoce bien, es un antiguo cliente. Me dice: esto está hecho a tu medida, ¿te gusta? y restriega su pernera con la mía. O sea, que el pollo había organizado el tinglado en mi honor y lo que quería es camelarme. Es un palomo cojo de cuidado. Le agarro por el cuello suavemente, sin violencia y le escupo a bocajarro la verdad: “Somos monos de medio pelo, tú de qué vas?” Me deslizo entre las sombras, cojo a mi novia del brazo y desaparecemos de aquél tugurio infecto.

3.

La estadística dice que hoy es prácticamente imposible encontrar a un propietario de smartphone que no tenga instalado Whatsapp. Me lo creo. Pero aquí tenéis a uno. Tengo smartphone pero jamás instalé esa lacra.

4.

En una ocasión se planteó entre mi círculo de amistades qué personaje de la historia nos había sorprendido más a cada uno. Se podía escoger en cualquier ámbito; podía ser un político, un científico, filósofo, artista… el abanico estaba abierto. Recuerdo que se citó a Ghandi, Einstein, Darwin y a Bertrand Russell. Yo permanecía callado, escuchando. Hasta que me preguntaron. La figura que más me ha calado es Groucho Marx. Por sus películas, por sus libros y por sus frases. Groucho supone una de las cotas más sobresalientes de nuestra especie, no tengo ninguna duda. Estas son las diez sentencias suyas que más me gustan:

“Yo estoy a favor de los derechos de la mujer. Y de sus izquierdos también”.

“Bebo para hacer interesantes a las demás personas”.

“Creo que la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro”.

“El matrimonio es la principal causa de divorcio”.

“Hasta cuando bromeo digo la verdad. Y no es ningún chiste”.

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

“Yo empecé sin tener nada y todavía me queda casi todo”.

“Si te sientes inútil y deprimido, recuerda que un día fuiste el espermatozoide más veloz de todos”.

“Tengo la intención de vivir para siempre, o morir en el intento”.

5.

Cuando terminé por fin el colegio fue un alivio. Si pudiera volver, no volvería. ¡Soberano tostón! Bueno, a lo mejor no estuvo tan mal pero seguro que no elegiría repetirlo. Lo mismo para la universidad. Luego, mis empresas; no andaría de nuevo esos años ni loco. Y cuando traje mi hija al mundo tuve claro que no quería tener más. Iba a enseñarle todo lo que sabía, que no es poca cosa, pero solo estaba dispuesto a hacerlo una vez. No quiero pensar qué es lo que hace la gente con varios hijos, pero yo no podría. Y no quiero ni remotamente imaginar lo que debe ser enseñar en un colegio año tras año la misma cantinela, una vez, y otra, y otra. Los maestros tienen ganado el cielo. Más tarde, sentir la llegada ineludible del declive, notar en la propia piel cómo el cuerpo se avejenta, cómo ya no puedes bailar, ni saltar, ni hacer deporte ni hacer ningún exceso. ¿Quién querría revivir eso? De la muerte no digo nada porque no me enteré cuando llegó. Pero ahora que estoy muerto surge la pregunta: ¿Me gustaría volver a vivir? La gente es muy cándida y enseguida responde que sí. ¿Está usted seguro? –les digo. Piénselo: Volver a cagarse encima, aprender a leer otra vez, a estudiarlo todo de nuevo... A mí no me hace falta seguir para preguntar cuánto hay que pagar para quedarse muerto y bien muerto. Yo lo que quiero es continuar siendo un fantasma. No quiero ir hacia la luz, quiero quedarme así, recordándolo todo, sin tener que empezar de nuevo de cero. ¡Qué pereza!

6.

Con ocho años mis padres nos dejaron a mis dos hermanos y a mí a cargo de mi abuela. Vivíamos en un séptimo piso y subimos después de pasar la tarde en el parque. Al salir del ascensor me monté a caballito a lomos de mi hermano. Este ascendió por las escaleras, donde había un rellano y unas ventanas que se abrían hacia fuera. Deberían haber estado cerradas pero no lo estaban. Mi hermano se apoyó, las cristaleras se abrieron y ambos caímos. Había una cornisa a medio piso que nos frenó, quedando yo en la parte exterior. Me levanté medió inconsciente por el golpe; mi hermano, totalmente groggy no pudo hacer nada y me precipité al vacío. Siete pisos y medio de caída a plomo. Fractura de cráneo y de la clavícula derecha. Pero en solo tres semanas estaba como nuevo en el colegio. No hubo, como se me quiso contar, cuerdas de tender que frenaran la caída. ¿Cómo se explica mi supervivencia? Muchos años después quise abrir el caso y toda la documentación, tanto del hospital como del juzgado había desaparecido.

7.

Mi socia en la empresa permitió que me cogiera cuatro días sabáticos y me fui solo al bonito apartamento de mis padres en Navacerrada. La idea era concentrarme para terminar el ensayo que tenía entre manos, “Ellas y Ello”, un trabajo que hoy, después de innumerables añadidos aún permanece inédito. Bueno, hice entonces un amago de publicación por mi editorial (Erica), con número ISBN y todo, pero las artes finales nunca llegaron a la imprenta. Solo unos pocos amigos disponen de aquel libro en PDF. Para entonces su extensión de solo 100 páginas me hizo recular. E hice bien, con los años he añadido muchas más ideas. Espero sacarlo a la luz pronto. Pero recuerdo como si fuera ayer aquellos días felices. Estaba solo, rodeado de libros, y leía y escribía poseído de una mágica fiebre. La tercera noche, mientras cenaba, puse la tele. La película ya había empezado. Era una cosa loquísima de un extraterrestre en un maletero y un negocio de venta de coches usados. Me impactó bastante. Pero solo quince años después supe que lo que había visto en aquella noche era “Repo Man” (Alex Cox, 1984). La interpretación de Harry Dean Stanton me hizo muchísima gracia. Fue para mí una noche de lo más divertida y estimulante. Escribí cuarenta páginas de un tirón.

8.

Una pandilla de jóvenes guiris toman el sol en una playa de Formentera. Muy cerca de ellos, una bonita muchacha mira el mar junto a su perrita. Uno de los chicos se fija en ella y busca la oportunidad de entablar conversación. De pronto, la perrita sale corriendo, y la chica detrás. "¡Ven aquí, cabrona!" El chico ve aquí su momento, se acerca también al animal y le llama con voz amistosa, creyendo que ese es su nombre: "¡Cabrona, Cabrona, come here Cabrona!".

9.

Títulos de libros que nunca escribiré, pero sí que debería hacerlo alguien:

Macarras sin aliento.

Muerte de un roble seco.

Contigo, fútbol; conmigo queso.

Tonto el que lo escriba. ¿El qué?

 Vengo por vuestras bendiciones.

 Palominos en el camino.

 Y sin embargo, luz.

10.

Colores: negro, naranja y fucsia fúnebre para el cristal de las gafas.

Coches: Pegaso Z-102, Delorean, Aston Martin y cualquier buen automóvil de la década de los ´50, ´60 y ´70. En cualquier caso siempre berlina de tres puertas. Jamás un SUV.

Lugar: Formentera, Tabarca o isla Ons en temporada baja. En su defecto, mi casa.

Películas: La torre de los siete jorobados (Neville, 1944), Inland Empire (Lynch, 2006), Cul de Sac (Polanski, 1966), Dr. Strangelove (Kubrick, 1964), Perversidad (Lang, 1945), Sopa de ganso (Hermanos Marx, 1933), Amarcord (Fellini, 1973), Senderos de gloria (Kubrick, 1957), Balas sobre Broadway (Woody Allen, 1994), La princesa de las ostras (Lubitsch, 1919), Tren de sombras (Guerin, 1997), Hot water (Taylor-Newmayer, 1924), The host (Bong Joon-ho, 2006), Stoker (Park Chan-wook, 2013), La ventana indiscreta (Hitchcock, 1954), Silent running (Douglas Trumbull, 1972), Cría cuervos (Carlos Saura, 1976), El sanatorio de la Clepsidra (Wojciech Has, 1973), Carnage (Polanski, 2011), El lobo de Wall Street (Martin Scorsese, 2013), Amanece que no es poco (J.L. Cuerda, 1989), Viridiana (Buñuel, 1961), Prisionero del mar (Gillo Pontecorvo, 1957), Siete ocasiones (Buster Keaton, 1925), Gattaca (Andrew Niccol, 1997), La extraña pareja (Wilder, 1968), Koyaanisqatsi (Godfrey Reggio, 1982), La hora del lobo (Ingmar Bergman, 1968), La carreta fantasma (Victor Sjöström, 1921), The Changeling (Peter Medak, 1980), Repo Man (Alex Cox, 1984), Contact (Robert Zemeckis, 1997), La quimera del oro (Chaplin, 1925), El barco de la muerte (Georg Tressler, 1959), Ayer, hoy y mañana (Vittorio de Sica, 1963), El hombre mosca (Newmeyer-Taylor, 1923), American dreamz (Paul Weitz, 2006), Remordimiento (Lubitsch, 1932), El sueño eterno (Howard Hawks,1946), Django desencadenado (Tarantino, 2012), Círculo de dos (Jules Dassin,1980), Death Proof (Tarantino, 2007), The time machine (George Pal, 1960), Driven (Nick Hamm, 2018), Fresas salvajes (Bergman, 1957), Delicatessen (Jeunet-Caro, 1991), Matrix (Wachowsky, 1999), En algún lugar del tiempo (Jeannot Szwarc, 1980), El gran Lebowski (Joel Cohen, 1998), Talk radio (Oliver Stone, 1988), Rebecca (Hitchcock, 1940),Trilogía Nacional (Berlanga, 1978-81-82), La Atlántida (Jacques Feyder, 1921), El teléfono (Lee Chung-Hyun, 2020), Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1972), El sentido de la vida (Monty Python, 1983), Los Duelistas (Ridley Scott, 1977), Angel´s Egg (Mamuro Oshii, 1985), Picnic en Hanging Rock (Peter Weir, 1975), El castillo en el cielo (Miyazaki, 1986), y las dos primeras de John Wick (Chad Stahelski, 2014, 2017).

Series: George & Mildred, Hotel Fawlty, Northern Exposure, Boardwalk Empire, Real Humans, Big Bang Theory, Museo Coconut, Archive 81, The White Lotus, Firefly, Devs, Gilmore Girls, Gravity Falls,  y algunos capítulos selectos de Twilight zone, Rod Serling's Night Gallery y The Outer Limits.

Música: Alice Cooper, The Brand New Heavies, Lucifer´s Friend, Etta James, Black Sabbath, Beatles, Sly Stone, los Heep de Ken Hensley, Supertramp, Genesis, Supergrass, Muse, James Brown y Elvis.

Escritores: Stanislaw Lem, Robert Heinlein, Stephen King, J.G. Ballard, Arthur C.Clarke, Olaf Stapledon, William Hope Hodgson, Cela, Cortázar, Stefano Benni, Prudenci Bertrana, Ramón, Jardiel Poncela, Lovecraft, Lautreamont, Huysmans, Esther Vilar, Schopenhauer, Shree Rajneesh, Luis Racionero, Ervin Laszlo, Günther Anders y Oswald Spengler.

11. Tema musical que inspiró el nombre de todo esto:

https://www.youtube.com/watch?v=x5yerJN0Uhk